domingo, 4 de diciembre de 2016

Proyecto final (basado en el caso 3 del módulo 2)

Contextualización del caso:
El caso se basa en un centro educativo en el que 29 alumnos han contestado al test. En la que podemos encontrar que a priori no hay casos de acoso; pero que uno de los alumnos recibe el rechazo del resto de sus compañeros. La edad de los mismos es de 12 años, lo que les sitúa en el primer curso de secundaria. (Para hacerlo similar al mío…)
Para situar el caso... he de decir que el centro educativo se sitúa en el extrarradio sur de Madrid, en una de las ciudades dormitorio.
El centro educativo posee línea 2 con un nivel socio-económico medio alto y una población inmigrante que ronda el 20 %. El nivel cultural es heterogéneo, con una implicación de los padres bastante buena, con algunas pocas excepciones.
El ambiente general del centro es positivo, con pequeños conflictos puntuales en los distintos espacios comunes.

Exposición del caso:
            En este contexto encontramos a un alumno que hace uso del servicio de desayuno y comedor. En su día a día, tanto en los espacios comunes(comedor, patio, etc.), como en el aula suele encontrarse solo, aislado del grupo y sin relaciones con ellos.
            Tras utilizar la herramienta “sociescuela”, esta nos muestra la existencia de 4 grupos identificables; así como la existencia de 3 alumnos que muestran aislamiento de estos grupos. De ellos es destacable el alumno de nuestro caso, ya que además de no mostrar afinidad con ningún alumno, no es elegido como compañero de mesa por parte de la mitad del grupo. También revela que hay 5 alumnos que tienen la confianza de los demás, un dato interesante para poder buscar una solución a este caso.

Objetivos:
            Como objetivos que nos marcamos es buscar una aproximación e integración progresiva de este alumno al grupo mediante la aplicación de distintas medidas metodológicas y organizativas
            También es necesario un seguimiento de la situación para observar su evolución.

Medidas de actuación:

Metodológicas:
La integración de metodologías activas en el aula: Clase invertida, trabajo cooperativo, creación de proyecto, etc.; ayudan al desarrollo de habilidades sociales con todo lo que ello implica: habilidades conversacionales, el respeto ante una opinión diferente, inteligencia emocional, resolución de conflictos.  Lo que favorecerá que el alumno adquiera habilidades que le permitan una mejor relación con sus compañeros.
También la realización de tutorías y dinámicas de conocimiento que favorezcan la consolidación del sentimiento de grupo, permitirán que todos los alumnos mejoren en sus relaciones entre ellos. Y por lo tanto la integración de los alumnos que se encontraban aislados de los grupos ya creados.

Organizativas:
            La creación de un proyecto de patios, en el cual se gestione la asignación de los espacios y genere lugares en los que los distintos alumnos encuentren un lugar donde relacionarse. Así mismo una distribución de los profesores por el mismo permitirá una supervisión correcta de los mismos y un seguimiento de este tipo de casos.
            La distribución del aula, en “U”, permite que los alumnos puedan verse e interactuar de una forma más dinámica en el aula. Así mismo trabajando la ubicación de este alumno (una de las esquinas), permite que este pueda encontrarse más cómodo en el aula ya que puede gestionar mejor sus intervenciones en el aula.
            Así mismo, el trabajar con grupos de trabajo (la distribución en “U”, también permite una rápida modificación de la distribución de la clase), permite que este alumno pueda trabajar en un grupo más pequeño y controlado. Si en ese grupo controlado, colocamos también uno de esos alumnos prosociales, favorece la integración de este alumno. La rotación dentro de estos grupos, es otro aspecto a tener en cuenta, ya que podemos realizar estos para favorecer que los alumnos desplazados encuentren su lugar en el aula.
            Recomendando distintas medidas en el comedor, también podemos mejorar las interacciones de este alumno. Si en el agrupamiento de la mesa se incluye alguno de estos alumnos prosociales (especialmente si hemos realizado un trabajo previo de mediación con ellos), se favorece la integración de este alumno. También seleccionando actividades que favorezcan el juego en grupo en estos espacios, se trabajará el sentimiento de grupo y la integración de todos los alumnos.

Recursos a tener en cuenta:
            Aunque ya comentado, hemos de tener en cuenta a los alumnos prosociales como recurso, ya que si les animamos a actuar como “mediadores” o alumnos ayudantes en el aula, se favorece el clima general y la integración de todos los alumnos.
            El grupo de profesores también es un aspecto fundamental. Es necesario que sean conscientes de la situación del aula y conozcan las medidas que se están tomando, para que ellos en la medida de los posible dentro de sus clases, continúen con este trabajo o puedan realizar un seguimiento del mismo.

Seguimiento de las medidas adoptadas:
            Es necesario llevar un seguimiento de las medidas que se han comentado arriba. Esto permitirá reevaluar los grupos formados, buscar otras medidas si fuera necesario…
            Para ello, el llevar un anecdotario, la observación directa, las reuniones o tutorías con los alumnos y la repetición del sociograma tras un tiempo; nos permitirán recoger la información necesaria.